(continua del anterior...)¿Hay vida después del jaccuzzi?
La respuestas por increíble que parezca es SI, y nosotros seguimos adelante.
¿No está mal verdad? una entrada a la isla bastante espectacular, hemos coronado el Eldborg, uno de los volcanes más conocidos del mundo (¿os acordáis de "Viaje al centro de la tierra"? pues si amigos, ESE es el Eldborg, el volcán donde comienza toda la novela).
Pero el problema de poner un listón tan alto es que, pocas veces se puede superar. En otra ocasión os diría que es así, pero generalmente cuando estoy con alguno de mis primos no lo es, y esta vez estabamos unos cuantos...
Podéis imaginaros que despertamos con fuerzas, dormimos genial y habíamos recuperado todo el cansancio del viaje. Aunque el día era en verdad sobrecogedor, unas nubes opacas ocupaban el sol por completo, no me extraña que los vikingos creyesen que el Ragnarok iba a llegar de un momento a otro.
No había mucha gasolina, así que decidimos atravesar Snaefellsness, por la carretera 55, en el extremo este de la península, y al rato nos encontramos con lo que más ilusión nos hacía... ¿mujeres? ¿comida? ¿tiendas frikis? no amigos, NIEVE, por fin vimos algo más que unos cuantos bloques de nieve aisladas, esto ya empezaba a parecer algo distinto. No hace falta que os cuente que en cuanto encontramos un paisaje bonito bajamos a revolcarnos en la nieve, a hacernos fotos, a correr y a hundirnos en los huecos que oculta la nieve, y el clima ayudó, no es que la temperatura subiera pero el viento se paró (al menos todo lo parado que puede estar en Islandia).
Este es Saúl, contento al llegar al país de los helados

La ruta, aunque era corta, estaba empezando a llevar un poco más de tiempo del que esperábamos, debido a nuestras innumerables y continuas paradas. Cualquier excusa nos valía para bajar y tocar un poco de nieve, hasta que después de pararnos en un lago congelado nos dimos cuenta de que nuestro coche... apenas tenía gasolina (vamos que estaba en la reserva). Y es que ya os he dicho que si nos juntamos varios primos, lo que no nos faltan son emociones. Cuando montamos en el coche, a la vista de varias montañas que nos observaban abrigadas por su apacible tercipelo, teníamos muy claro que no podíamos parar, cada parada reducía la distancia que podíamos recorrer (que nosotros pensábamos que era poca).
Aquí tenéis la carretera, tal y como quedaba a nuestro paso

Pasamos cientos de paisajes que habrían merecido mas tiempo y algo más de atención que una foto en movimiento desde un coche, pero no podíamos permitirnos parar. Nuestro destino era Stykkishólmur, la ciudad más grande de toda la península de Snaefesnellss. Y era nuestro destino no por lo bonito que era, que era bien bonito, si no por que era la única gasolinera que había en bastante distancia, así que cuando lo divisamos al fondo del paisaje respiramos aliviados, pero el alivio nos duró bien poco, un mar nos separaba del pueblo y nos obligaba a rodear todo el golfo kol-grafafjördur (esto lo escribo por que no soy capaz de decirlo).
La cosa se ponía fea, aunque por lo menos ya no estábamos en la montaña, y nos encontrábamos con "bastantes" coches por la carretera. Llevábamos ya 50 kilómetros de reserva, podéis imaginaros que mucho mucho al coche no le quedaba, pero ya estábamos a nada más que 10 km de "la ciudad", ¡Y por una carretera decente y recta!, y menos mal, por que el coche ya no aceleraba
Y llegamos a la ciudad, y fuimos al faro, y comimos como buenos españoles un montón de embutidos haciendo ruido y llamando la atención de todo aquel que pasaba, y miramos el ferry partir, y contemplamos la ciudad, Stykkishólmur... pero esta no nos sobrecogió, ¿Ciudad? yo incluso me habría planteado darle el status de pueblo.
¿Y esto es la ciudad más grande de todo Snaefesnellss? pues si.

Ya teníamos gasolina, ya habíamos comido, incluso pudimos beber un té calentito que Alberto hábilmente había traído en un par de termos, pero ahora ¿Qué? pues está claro, ¿no? Otro volcán, que por volcanes no será, eso si, este helado, que si no esto no es un desafío...
Y cogimos el coche y nos pusimos en marcha hacia el sur, al sur de Stykkishólmur, y nos pusimos a escalar un volcán nevado. ¿Y hacía frío? pues bueno, hacía unos cuantos grados menos que el día anterior, pero apenas hacía viento, lo que hizo esta tarde una de las más agradables.
Seguro que todos vosotros en algún momento habéis jugado en la nieve, pero subirse a lo alto de un volcán completamente nevado, con zonas donde te hundes en la nieve hasta mas de las rodillas, y donde todo lo que ves es una enorme extensión blanca que te rodea, donde lo único que rompe la monotonía es un lágo también helado, eso, eso si es sobrecogedor, tal vez la confusión sólo te dure unos segundos, quizás no llegue ni siquiera a unas pocas décimas, pero en ese momento todo parece fluir de manera distinta.
Estas fotos dan la panoramica de lo que se veia desde arriba.


Y después de escalar el volcán tocaba volver a la misma casita donde habíamos pasado la noche anterior, con su jaccuzzi y con sus camas calentitas... pero eso si, teníamos que hacerlo rodeando la península, como debe ser.
Algunos de los paisajes eran auténticas postales

Al llegar, teníamos muy claro que queríamos jugar a algún juego de mesa, pasar la noche entre risas y tes, y hablar hasta caer rendidos, pero no fue posible, estabamos agotados, sólo pudimos caer rendidos, por lo menos cumplimos uno de los planes...
(continuara...)